Capítulo 4

Y había llegado el día...

Aquel capullo me había citado sin darme razones lógicas de por qué lo hacía, aunque que si quedaba claro lo que había dicho a James, acerca de que le mandaría el cheque por nuestros servicios a través de mi.

No pensaba ir a esa cita sin sentido pero no podía dejar de cobrar,ya no por mí,  sino por todos los demás que habían trabajado en aquel evento y en especial por James que tantas oportunidades me daba y tanto me había ayudado. Justo como había hecho días antes cuando sugirió que dejara de lado la propuesta del tal Liam, que me había puesto contra la pared con su locura de fingimiento de noviazgo. 

Yo solo esperaba salir de allí cuanto antes y sin daños a terceros.

No sabía muy bien cómo gestionar lo que estaba por venir y sobre todo, como aparcar el deseo que me provocó aquel hombre en ese beso, que, aunque lo había usado para burlarse de alguna manera de mí,  no se podía negar el efecto que había conseguido.

Nada más llegar al imponente hotel, en recepción dí mis datos y me dieron la típica identificación de visitante y una orientación del sitio donde me esperaba el capullo,

Perdón...El señor.

Una vez en el lugar indicado me recibe su secretaria, asumí por mi misma y luego ella se presentó como tal, y me indica que espere en un sofá que sentí al sentarme que si demoraba mucho " El señor capullo" me dormiría a gusto allí mismo de lo cómodo que resultaba.

Unos quince minutos, maleducadamente  después y cuando la ansiedad me estaba poniendo de mal humor me avisa la chica esta tan agradable, que ya podía pasar,que me estaban esperando.

Y ahí sucede otra vez...

Entro y cuando me doy la vuelta me tropiezo con esos tremendos ojos azules de nuevo y que automáticamente colorean mi día muy a mi pesar pues no quería que fuera justo él quien diera color. No quería darle ese poder pero esos ojos solitos se lo habían otorgado y ya no podía hacer nada contra eso...asi que hoy mi día era azúl.

El azul de su jodida mirada que le hacía cosas a mi cuerpo.

Me sentía molesta conmigo misma por ser tan sensible a él. 

Sentía los vellos de mi cuerpo alzarse para saludar a aquel hombre alto, de cabello indomable y ojos que derretían, dejándome como una inmadura y calenturienta mujer. Algo para lo que no había sido educada y que me dejaba en desventaja para lidiar con un hombre de su calibre. Es que exudaba poder y dominio en cada gesto que exponía.

—¡Nena! —le escucho decir como si quisiera evitar  perder la costumbre de picarme con la puñetera palabrita.

Suspiré profundo y pestañee con fuerza contando internamente hasta mil para obligarme a pasar por aquello y salir ilesa.

—Señor, por favor —interrumpí alzando una mano y viéndolo morderse la comisura de sus labios de forma divertida -no hagamos esto otra vez -le pido y  respirando profundamente continúo haciendo una simple y sugerente pregunta -¿podemos terminar nuestra corta relación laboral de forma rápida y favorable para los dos?

—¡Nena! -insiste él en tono ronco y sensual -no podemos -afirma divertido, negando con su cabeza y mirando mi figura a su antojo.

—¿Qué cosa? -pregunto lela. Él tenía ese efecto en mí. Conseguía en una mirada, ponerme a divagar en mi propia mente y me dejaba desprovista de cordura y sentido común. 

—¡Oh, nena! -se burló caminando hasta la parte delantera de su mesa y se recostó allí cruzando los tobillosnjno sobre el otro y los brazos en mitad del abdómen  —me encanta cuando te pierdes en mi —confirmó para ambos —,te he puesto tan nerviosa otra vez que no puedes seguir el hilo de la conversación.

—A ver, señor -repito enfatizando la palabra y dejando que mis brazos se caigan por los lados de mi cuerpo, derrotados -solo diga lo que tiene que decir y deme el maldit...,uhmm,el cheque -rectifico rápido -y acabemos con esto.Ya usted tiene que haber olvidado el incidente y yo puedo disculparme si es lo que quiere y pasamos la página,cerramos el libro y continuamos con nuestras vidas tan tranquilos los dos.

Casi digo por favor,pero no,ya eso sí que no, bastante estaba poniendo de mi parte.

Él en cambio la única parte que estaba poniendo era el azul intenso en todo lo que miraba y eso, me estaba poniendo de los nervios a mí.

—Decía... -continuó él ignorando mis anteriores atropelladas palabras  -que no podemos hacerlo rápido,porque me gusta muy lento y contigo quiero mucho tiempo,no hay prisas,quiero devorarte entera pero lentamente.

Ya estaba ardiendo y ni se había movido. Me abanicaba mentalmente. Qué capacidad tenía este hombre para encenderme,cosa que jamás me había permitido a mi misma.

Aunque siendo honesta,jamás me lo habían permitido , no tenía decisión en esto así como en nada de mi vida.

Sabía que su manera agresiva sexualmente, de abordarme debía resultarme ofensiva, incluso vulgar; pero la novedad de la situación me podía y eso le daba ventaja a él. 

Donde ese desconocido del que no sabía ni el nombre era demasiado pagado de sí mismo, yo era inocente y genuina, no podía fingir ni sabía jugar más allá de lo que ya lo había intentado días atrás y perdido claramente. 

Las artes de la seducción eran completamente ajenas a mí y tomándome por sorpresa, me hacían vulnerable a él. 

Que por otro lado, físicamente me ponía muchísimo y me hacía verdaderamente difícil la lucha por la ignorancia. 

—Quiero ver el color de tu cara cuando te corras en mi boca,en mi mano, alrrededor de mi polla,y en más sitios —aseguró jugando a calentarme y me sentía la piel en llamas, aquel hombre me provocaba en cada paso que se me acercaba y cada palabra que salia de su espacio entre aquellos per de estos dientes —pero eso ya lo iremos viendo,porque te anuncio desde ya que vas a ser mía, definitivamente mía. Hace mucho que lo eres.

Jadeo de la impresión y sin darme ni cuenta me siento en una silla frente a donde él había avanzado porque sentí que podía caer al suelo en cualquier momento y cuando me reprendo mentalmente y vuelvo de dónde sea que me haya ido le digo...

—¿Se da cuenta que tiene una manera muy agresiva de ligar? —me sorprendió que mi voz saliera tan firme debido a los nervios que me dominaban.

—¡Por supuesto! —contesta él —La practico mucho y te aseguro que nunca fallo -me mira cruzando los brazos como si yo lo hubiera insultado y no fuera al revés la situación.

—Pues ahora le aseguro yo que ahora le ha fallado -le miento mientras le apunto con un dedo -he roto sus estadísticas,pues no me voy a correr en ninguna de las antes mencionadas partes de su cuerpo porque no me interesa.Y debo decir que me resulta espeluznante el hecho de tan brutal interés en una persona que apenas conoce.

—¡Nena! -vuelve con la palabrita y yo tengo que rodar los ojos frustrada y aferrarme a los brazos de la silla para mantenerme allí y no salir pitando cuabdo veo que se apoya con su manos justo encima de las mias -no tienes ni idea de lo equivocada que estás -dice en un susurró a mi oído, como si supiera algo que yo desconozco -...pero todo a su tiempo.Aunque hay una teoría que comprobar...

Dejando la incógnita en el aire se incorpora en toda su medida, que no es poca y me obliga a mirar hacia arriba al tiempo que se me acerca nuevamente, me toma de los brazos hacieeno cierta presión y me levanto decidida a huir,a la m****a el cheque ,lo sacaré de mi propio dinero.

Ese que nunca toco pero es una emergencia,porque con este hombre no puedo permanecer más tiempo aquí o me sumaré a su estadística. Siento como mi cuerpo se estremece bajo sus manos y sé que acabaré bajo su dominio. No puedo permitir eso nunca más.

Aterrada y viendo la confusión en sus ojos me sacudo sus manos de encima y salgo apresurada hasta la puerta, y justo cuando la abro, su mano cae sobre la mía cerrándola nuevamente ,me da la vuelta y me arrastra con ferocidad a su boca y no soy capaz de resistirme, lo sabía de antes y ahora soy apresada por esos brazos en los que nuevamente sucumbo al placer de la pasión de unos labios que me reciben hambrientos y posesivos...siento que me aprisiona contra su cuerpo y siento también mi cartera caer al suelo y mis brazos parecen tener vida propia tomándolo del cuello para acercarnos más, si es que eso es posible. Nos tropezamos con la puerta a mis espaldas y colisionamos como dementes en un tórrido beso que se sale de cualquier esquema. Que domina y posee como nada lo había hecho jamás. 

Somos latidos,suspiros,gemidos y sensaciones mezcladas en un beso desesperado, como si nuestras bocas que ya se conocen  se hubieran  extrañado.

Como si fuésemos amantes ardientes deseosos de entregarnos al pecado de la carne. Una carne que arde entre los dos mientras sus manos se pierden por mi cuerpo y mis dedos despeinan su pelo.

Pero la necesidad de demostrar su teoría es más fuerte y es él quien rompe el beso solo para decir...

—¿Ves ahora que estabas equivocada?...

Se nota que estás más que interesada 

Y yo,ni siquiera podrías imaginar cuánto -termina  de decir saboreando mi sabor en sus propios labios.

Ambos jadeantes por la intensidad de lo ocurrido seguimos cerca, mirando los labios en la boca del otro hasta que decido empujarlo y agacharme a recoger mi bolso del suelo para irme de allí.

Y justo en el  momento en que voy a reaccionar furiosa, abren la puerta de pronto y entra el chico de la cena aquella en que fingí ser su novia para ayudarlo con la loca de Rebecca y rápidamente me reconoce diciendo...

—Pero cariño, ¿que haces aquí? — lo observo descolocada y prosigue —veo que ya conoces a mi hermano...hermanito te presento a mi novia, la hermosa bella.

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