Se hace evidente que los dos compartimos el mismo ardor cuando me acomoda abriéndome más las piernas sobre si, y noto el saludo de su erección en mi entrepierna.
!Dios ! ...que placer siento y eso que no me ha tocado aún.
—Nena, he soñado tanto con este momento que tengo miedo a desenfrenarme y no darte el tiempo que sé que necesitas, pero prometo ir con cuidado¿ vale?
Dice al tiempo que traza los bordes de mis bragas con sus dedos y gimo sin pudor alguno abriéndome más encima de él, besándolo desesperadamente. Porque as&iacu