Una vez Ethan entró al apartamento con una expresión de disconformidad en su rostro, no podía ocultar como se sentía luego de que se cruzara con Edo en medio de la calle, aparte de que le había ganado bastante terreno con respecto a su mercancía que iba en camino a Japón, el tira y afloja contra la mafia Yakuza estaba desgastándole y ahora después de que el gobierno les había quitado la protección era un golpe bastante bajo, aunque siendo honestos estaba bastante claro que esa protección nunca existió, solo fue una fachada para mantener tranquilo a Ethan Morgan y su empresa, a pesar de que los números de ingresos hubiese aumentado no fue nada más que una táctica por parte de la mafia para tener tiempo en averiguar donde se estaban escondiendo y así continuar su extorsión.
Emily al ver que Ethan entró y no dijo ni una sola palabra se le acercó dándole un abrazo intentando reconfortarlo.
— Ethan, mi amor… — dijo susurrándole al oído — ¿Estás bien?
— No cariño, hace unos minutos me crucé