Después de que todo se pusiese en orden, la empresa continuara su rumbo usual, con Nakano y Akame de viaje para Japón con un nuevo cargamento de mercancía, Emily y Ethan por fin podían estar tranquilos y disfrutando de su privacidad nuevamente.
Debido a que el cumpleaños de Ethan fue celebrado por todos, Emily no había tenido la oportunidad de regalarle algo a su estilo, algo más personal, algo sexual como le gustaba hacerlo de vez en cuando, así que un día de la nada se acercó hasta su oficina y le propuso algo.
— ¿Puedo pasar mi amor? — preguntó Emily asomando su cabeza por la puerta
— Claro que sí, pasa cariño, ¿qué sucede?
— Es que… — hizo una pausa mirando a su alrededor — … Te debo un pequeño regalo de cumpleaños, ¿no crees? — dijo en voz baja
— ¿A qué tipo de regalo te refieres bombón? ¿De… ese tipo?
— Sí… De ese tipo de regalo me refiero, ¿No te animas? — insistió mirándole con deseo
— Claro que sí, ¿Qué propones?
— Tú sólo sígueme, ¿Vale?
Ethan accedió a la propuesta de su no