49. Entre dos mundos
Nathan observaba el rostro de Isabella mientras salían del centro comercial, sus ojos aún brillaban por el llanto tras el encuentro con Emma cuando reconoció el Mercedes negro de Richard junto a Amelia, entrando al estacionamiento.
Su primer impulso fue tomar la mano de Isabella para contenerla, pero eso habría llamado su atención. Y además, ya no era Elizabeth, la mujer que necesitaba su protección constante. Esta nueva versión de ella lo único que requería era espacio para crecer, aunque eso lo estuviera matando por dentro.
—¿Te gustaría cenar fuera? —propuso, poniendo música—. Hay un lugar que quiero mostrarte.
Su corazón dio un vuelco al reconocer en ella la misma sonrisa plena que Elizabeth solía darle cuando la sorprendía con pequeños detalles, y por un momento, las dos mujeres se fundieron en una en su mente, haciendo que el deseo de reclamarla fuera casi insoportable.
El restaurante era elegante sin ser pretencioso, con manteles blancos y velas sobre las mesas. Isabella tiró d