Capítulo Treinta y uno

Freya

*Lo que deseo es que te sientes a horcajadas sobre mí, me beses y luego te corras en mi regazo*. Repasé sus palabras en mi mente. El hecho de que me impactara tanto su petición debería sorprenderme un poco, porque estamos hablando de Jet. Claro, me va a pedir algo así. Bueno, probablemente sea demasiado tarde para empezar a castigarme por haber hecho ese trato, pero no podía arrepentirme.

"¿Podemos hacerlo cuando volvamos?", murmuré mientras intentaba disimular mi rubor. El hecho de seguir sentada en su regazo solo hacía que todo fuera más vergonzoso y excitante.

En mi experiencia, cosas así solo ocurrían en novelas; nunca había hecho algo así. Jake y yo no hemos pasado de besarnos; mi papá se aseguró de que Jake no me quitara la virginidad y rompiera el trato, lo que automáticamente significaba un mal negocio para él.

Sé que debes estar pensando: "¿Por qué aguanté como si mi relación con Jake fuera un matrimonio por amor?". Bueno, al principio no lo fue, pero luego se convirtió
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