DANIEL O'HIGGINS
Siempre creí que viviendo en paz los problemas no me alcanzarían, pero me queda claro que estaba equivocado.
Me siento desorientado ahora mismo, por no saber que hacer con lo que mi hermano me confirmó. Es un secreto demasiado grande para guardarlo solo para mi, pero se que pedirle explicaciones a mi madre solo hará que sea más sigilosa. Ella misma ha tomado precauciones para obrar escondida, lo que menos quiero es que tome aún más recaudos.
No sé tampoco como hacer para que ella confiese lo que hizo y tampoco sería capaz de pedirle a la madre del bebé que se practicara un aborto. Los planes de Dios son perfectos y si él cree que esta vida tiene que venir al mundo yo jamás iría contra su voluntad.
Al transcurrir dos meses aún ni mi hermano ni yo tenemos novedades y eso me preocupa por demás. No sé que hacer. La incertidumbre de esta duda me carcome. Tampoco se que haría si viniera la madre del niño a buscarme, seguramente la ayudaría pero le haría previamen