La situación se tornó tensa, los niños estaban escondidos detrás de su madre, y ella sintió que no podía respirar hasta que sintió el agarre de él en señal de contención. Él silencio reinaba en el lugar y solo habían miradas de reproche, sobre todo de parte de su madre. Fue su hermano Dustin quien al reconocer a la joven, rompió el silencio.
—Hola, Kimberley —saludó amablemente el hombre—. Nunca imaginé que éramos familia.
—¿La conoces? —preguntó Francis confundido.
—Seré quien opere a su madre, nos conocimos en la primera noche de internación de su madre. —Se giró hacia ella—. Ahora entiendo porque me veías raro. &md