—¿Qué quieren ver?
—Dibujitos —respondieron a dúo.
—¿Alguno en especial?
—Yo les daría el control a ellos, o te volverán loco —acotó Francis. El hombre lo miró confundido—. Creeme, saben manejar el aparato mejor que nosotros.
—¡De acuerdo! —Se lo entregó a Siena que estaba más cerca.
—Recuerden, un rato cada uno —comentó el joven.
Los niños asintieron y ambos adultos se dirigieron hacia la cocina donde estaban ya las mujeres con la beba.
—Sí logras que coman hamburguesa