Por Alejandro

Llegué a la playa, tengo puesta una camisa de mangas largas, no tengo ni calor ni frío, solo una ansiedad que me carcome por dentro.

La busco entre las personas que están tomando sol.

Por fin la veo, me quedo parado, observándola, tiene una malla roja, bikini, diminuta.

Me quedo sin aliento al verla ¿Como pude irme con otra, después de haber tenido a Valeria en mis brazos? Con todo lo que ella me hace sentir.

Es eso, siento todo o todo lo que siento es por ella.

Es una diosa y si a eso le agrego su piel, su aroma…

Estoy temblando.

Ella está recostada en una reposera, con los auriculares puestos y los ojos cerrados.

Me acerqué, deleitándome, mirando su cuerpo.

Me agaché a su lado, haciéndole sombra y fue cuando abrió los ojos.

Se incorporó de un salto.

-¡Ale! ¿Qué hacés acá?

-¡Por fin te encontré! Te amo Vale y te extrañé como un loco, te necesito, quiero casarme con vos.

-¿Cómo me encontraste?

-Rastreándote con todo el mundo y nadie me quería decir en donde estabas, no p