Por Valeria

Siento que alguien me hace sombra, algún pesado que tengo que espantar, recuerdo como yo le sacaba a las mujeres de su cama, es mucho más fácil decirle al que se me acerca que no me interesa nada con nadie.

Abro los ojos y veo a Alejandro, me incorporé de un salto.

Ale me abrazó diciéndome que me amaba, que me extrañó, que por fin me encontró y que se quería casar conmigo.

Yo siento que estoy soñando.

Me besa, apasionado, loco, ansioso y esa boca me vuelve completamente loca, le devuelvo sus besos como una desquiciada.

Me hizo delirar tanto, que pensé que estaba soñando.

Me llenó de palabras maravillosas, de palabras de amor, diciéndome que hasta dormía con mis tanguitas en su mano, que no estuvo con otra desde que hicimos el amor en su oficina, que me iba a pedir perdón toda su vida por hacerme sufrir.

Le dije todo lo que sufrí.

Yo lo necesito como él dice que me necesita a mí y una vez más pienso que mi madre podría tener razón, habían pasado muchos días y él me vino a bu