Por Valeria
Entré a su departamento, estaba ese tal Gonzalo durmiendo en el sillón, se debe haber quedado dormido de borracho.
En una habitación había dos chicas, las desperté y las saqué del departamento.
Cuando giro, veo que Gonzalo se está despertando, no me animo a sacarlo como a las chicas.
-Buenos días.
Me dijo.
-¿De verdad venís a sacarle a las mujeres que se quedan acá?
-Siempre.
Sin más, entro a la habitación de Alejandro y como no, había un monumento durmiendo en su cama.
-Señorita, por favor, despiértese que Alejandro tiene que trabajar.
Alejandro se levantó, dirigiéndose al baño.
-¿Hay que pagarle?
Le pregunto, como algo normal.
-No.
-Señorita…
Por fin la desperté y la acompañé hasta la puerta, no se quería ir.
Llamé a uno de los hombres del personal de seguridad que vi cuando llegué.
La acompañó hasta la puerta de calle.
-Sos increíble.
Me dice Gonzalo.
-No sé si tendría que pedirte que te retires.
Se ríe a carcajadas.
No me contestó nada.
Yo volví a la habitación de Alej