Los comentarios de los fans de la pareja abajo eran como cuchillas afiladas, cortando su carne y sangre.
Lo hacían sufrir tanto que casi se asfixiaba.
De repente, una llamada entrante cubrió las fotos.
Viendo la llamada de Fabiola, la poca cordura que le quedaba a Mateo comenzó a regresar lentamente.
El apartamento estaba lleno de un fuerte olor a alcohol, botellas y latas tiradas por todo el suelo de la sala, y las colillas en el cenicero eran alarmantemente numerosas.
'Ring ring—'
La primera llamada se cortó automáticamente sin que Mateo contestara.
Luego vino la segunda, la tercera...
Hasta la séptima llamada, Mateo pareció volver a la vida.
Reaccionando con medio segundo de retraso, presionó el botón de responder.
La voz fría de Fabiola llegó inmediatamente:
—Mateo, ¿qué estás haciendo? Llamé tantas veces, ¿por qué no contestas?
En el país, Mateo nunca le había dado tranquilidad.
Ahora que estaba en el extranjero, Fabiola tenía que llamar una vez al día para sentirse un poco más tr