En cuanto a Tadeo, era completamente un seguidor. Al ver que Ana se iba, él también insistió en irse.
Bianca le dio instrucciones con preocupación:
—Mañana es el examen de ingreso universitario, la cédula de identidad y otras cosas, debes revisarlas y prepararlas bien, no seas descuidado, y tampoco te quedes despierto jugando videojuegos...
Tadeo escuchó hasta que se le formaron callos en los oídos, asintió como un pollito picoteando arroz, hasta que Bianca finalmente lo dejó en paz.
Al llegar a casa, lo primero que hizo Tadeo fue llamar a Gabriel.
El teléfono sonó hasta el último segundo antes de que contestaran, una voz grave y fría se transmitió a través del auricular:
—¿Qué necesitas?
—Gabriel, mañana tengo el examen de ingreso universitario, ¡ven a recogerme!
Presumir de su hermana también significaba presumir de su cuñado.
Para que sus compañeros murieran de envidia.
Sin duda alguna, Gabriel se negó de manera tajante:
—No puedo.
Tadeo resopló un par de veces, ya se lo esperaba, p