Capítulo 384
La puerta del salón privado fue abierta desde fuera. El gerente del restaurante, con la llave maestra en mano, retrocedió nerviosamente.

Una joven de poco más de veinte años irrumpió a grandes pasos y, agarrando un cenicero de la mesa, se dispuso a golpear a Sara en la nuca.

En ese momento crítico, las pupilas de Ana se contrajeron. Soltó a Leandro y rápidamente levantó el brazo para bloquear el ataque.

—Ugh...

Con un gemido sordo, el cenicero de cristal golpeó su antebrazo.

Con una mirada gélida, Ana aguantó el dolor, arrebató el cenicero y, ante la mirada aterrorizada de la otra mujer, lo estrelló con fuerza contra su hombro.

—¡Ah!

Otro grito desgarrador.

Los espectadores, temiendo que alguien acabara muerto, finalmente intervinieron con fingida preocupación para separar a las mujeres.

Justo antes de ser separadas, Sara arrancó con fuerza un mechón de pelo de Cristina.

El dolor casi hizo que Cristina pusiera los ojos en blanco y se desmayara.

Leandro repitió dos veces: "¡Están locas!
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App