Todos conocían a Mateo, pero este no era el momento para saludos cordiales. Excepto Isabella, nadie se molestó en dirigirse a él.
— Mateo... —Isabella extendió su mano y lo llamó con voz lastimera.
Mateo frunció el ceño inmediatamente. Un destello de disgusto cruzó su mirada mientras retrocedía un paso para evitar la mano de Isabella.
La expresión de Isabella se congeló al instante.
— Señorita Ramírez, contrólese —dijo Mateo.
Estas palabras sorprendieron a todos los presentes, incluida Ana.
La relación entre Mateo e Isabella era evidente para todos, pero debido a la posición de Mateo, nadie se atrevía a mencionarlo abiertamente.
Mateo siempre la había llamado "Isa".
¿Por qué hoy era "señorita Ramírez"?
¿Habrían discutido?
Esta fue la primera suposición que cruzó por la mente de todos.
Isabella miraba a Mateo con incredulidad.
— Mateo...
Hacía apenas unos minutos, ella le había enviado un mensaje.
Su intención era que él viniera a defenderla, pero lo primero que salió de su boca fue "s