Incluso había elegido los nombres para sus futuros hijos.
¿Y la realidad? Le había dado un duro golpe.
Fernando había cambiado. Mantenía a una estudiante universitaria y su actitud hacia ella se había vuelto evasiva e impaciente.
Hasta el corazón más ardiente termina enfriándose.
Buscar a Ana había sido la última oportunidad que le dio a Fernando. Lamentablemente, él no la aprovechó.
Isabella fue simplemente la chispa que encendió todo. Que la golpearan fue un poco injusto, pero Lucía no sentía ningún remordimiento. Al fin y al cabo, ninguno era buena persona. Ella solo había hecho justicia, ganando algo de buen karma en el proceso.
Los hechos demostraban que su decisión había sido correcta. Cambiar a un canalla por una hermana para toda la vida... ¡menudo negocio!
Las dos entraron juntas al restaurante. Lucía miró a su alrededor y vio una mano agitándose desde una mesa junto a la ventana, a la izquierda.
—¡Lucía!
La chica parecía tener veintipocos años, de aspecto sencillo y con una s