Miró a Logan, que estaba sentado a un lado, observándolas: —Papá, quiero comer aquí, que alguien nos traiga la comida a la sala, ¿vale?
Logan dijo: —Vale.
Carolina se puso contenta y abrazó aún más a Rebeca.
Úrsula y Esperanza aún tenían mucho de qué hablar.
Rebeca, en cambio, se mantuvo al margen, intercalando solo de vez en cuando un par de palabras.
Al cabo de un rato, Carolina se sintió cansada y le dijo a Rebeca: —Mamá, ¿cuándo vas a terminar de estar tan ocupada en el trabajo?
Rebeca, que no quería que Úrsula la oyera, la tomó en brazos y la llevó hasta el sofá de la sala y se sentó antes de decir: —No estoy muy segura, pero si todo va bien, estaré cada vez más ocupada.
Carolina se puso muy triste, no esperaba esa respuesta.
—Entonces, ¿cuándo vas a estar libre para llevarme a esquiar? —Todavía lo recordaba.
Rebeca pensó un momento y dijo: —El mes que viene.
—¿En serio?
—Sí —Rebeca dijo—. Te avisaré cuando esté libre.
—¡Genial! —Se animó Carolina.
Recordando lo de anoche, Carolin