Santino Ferrari, tan hermoso como peligroso. Santino El Demonio, como es conocido en el bajo mundo, tiene un solo propósito en la vida, exterminar a la familia Berlusconi, para hacerles pagar la muerte de sus padres. El poderoso italiano es uno de los hombres más ricos de Tailandia donde reside desde la muerte de sus padres con el único propósito de destruir a los culpables.Cuando Alessia, su hermana menor es brutalmente atacada y rescatada por Olivia, una hermosa pelinegra de ojos color de la noche, que no tiene miedo a decirle a la cara lo que piensa, lejos está de saber que por las venas de Olivia corre sangre Berlusconi.¿Podrá el amor destruir su deseo de venganza? ¿Podrá Olivia descubrir quién es?
Leer másOlivia no podía creer su suerte, estaba a punto de ser echada de su diminuta habitación ¿En qué diablos estaba pensando para olvidarse del pago del alquiler? No recordaba en realidad. Pero tenía que conseguir el dinero para esa misma tarde la señora Bunmi, contaba con ello. Ya había sido lo suficiente amable como para esperarla por dos meses, estaba segura que esta vez la echaría sin contemplaciones.
Salió de su habitación, caminó sin rumbo fijo, mientras hacía un inventario mental de sus pertenencias y ver lo que podía vender era eso o hacer algo ilegal. Bien podría meterse a la red y tratar de infiltrarse a la cuenta bancaria de algún millonario, con seguridad ni se daría por enterado si le hacía falta algunos miles de Baht en su cuenta.
Negó inmediatamente, la idea era tentadora y ella era buena en lo que hacía. Pero no estaba lo suficientemente loca para arriesgarse, con la suerte que tenía bien, podía terminar ingresando a la cuenta de algún mafioso y eso era terrible, terrible, ni pensarlo podía ser bueno.
El gemido proveniente del callejón, la sacó de sus pensamientos e hizo que se detuviera de manera abrupta. Al mismo tiempo se asustó. Eran las seis de la mañana y las calles aún estaban casi desiertas, podría tratarse de algún indigente. Se estremeció si ella no pagaba el alquiler hoy, mañana sería uno más de estos pobres sin hogar.
—Ayuda —Olivia camino en dirección de donde la voz provenía. Con sumo cuidado se acercó, el callejón no tenía buena iluminación, pero la luz de la mañana era lo suficientemente clara ahora, para poder observar a la joven mujer tirada detrás de los contenedores de b****a.
La chica gimió apenas la miró, Olivia se estremeció al verla.
—Ayuda —repitió, había una gran cantidad de golpes en su rostro, aun así fue capaz de reconocer las bellas facciones, la chica no era una desconocida y lejos de tranquilizarla, la asustó
—Por favor —pidió. Olivia se acercó un poco más para comprobar sus sospechas. Abrió los ojos asustada, estaría en grandes problemas si los hombres de él “Demonio Ferrari” la encontraban cerca de la chica. Pero estaría muerta con seguridad si la dejaba morir, se estremeció porque era muy joven para terminar en alguna cloaca de la ciudad.
Con manos temblorosas, cogió el móvil para llamar a emergencias, no se alejó de la chica ni un solo momento, incluso fue con ella al hospital, olvidándose completamente de su problema financiero, conocía de lejos a la chica, siempre estaba rodeada de guardaespaldas en la universidad y a donde quiera que fuera. ¿Cómo lo sabía? Estudiaban en la misma universidad. Puede que Olivia tuviera que vérselas negras para pagar el alquiler y alimentación, pero era lo suficientemente inteligente como para obtener una Beca y poder estudiar la carrera de Informática. Lo que le hacía preguntarse volviendo al tema ¿Cómo había terminado golpeada en un callejón? Seguramente sus hombres la estarían buscando hasta por debajo de las piedras y rogaba a todos los santos habidos y por haber que no dieran con ella.
Olivia, se sentía frustrada y aburrida, llevaba muchas horas perdidas en el hospital, pero tenía miedo de que algo le sucediera a la chica y terminará siendo acusada por lo ocurrido. Se maldijo una y otra vez ¿Por qué tenía que encontrarla ella? De todas las personas en la ciudad de Bangkok ¿Por qué precisamente ella? Su debate mental fue interrumpido por la enfermera, quien le entregó las pertenencias de la joven ¿Qué que debía hacer ahora? Podía largarse y olvidarse del asunto ¿Estaría a salvo? Lo dudaba, la familia Ferrari no dejaría que este asunto quedará en el olvido.
Olivia, dudo por un largo momento, meditando lo que debía hacer. No eran familia, ni siquiera eran amigas, podía llamar a las oficinas del Conglomerado Ferrari y liberarse de la responsabilidad ¿El problema? No se atrevía, Santino Ferrari, El Demonio Ferrari, como era conocido en el bajo mundo era un hombre temible, el solo pensamiento hizo que un escalofrío recorriera su cuerpo. No quería ni pensar en cómo reaccionaría cuando se enterara de lo ocurrido con su hermana.
Olivia abrió su laptop, debía tener la seguridad que la chica Ferrari y está, eran la misma persona para no meterse en problemas de gratis. Una vez que comprobó la identidad de la chica, suspiró sus esperanzas literalmente se habían ido a la m****a. La chica allí dentro no era otra más que Alessia Ferrari, la hermana pequeña de Santino, su única hermana para ser precisos.
Alessia, fue traslada a una habitación después de ser estabilizada, afortunadamente el doctor había explicado que solo habían golpes y un poco de tragos de más que la habían dejado inconsciente ¿En qué demonios estaría pensando esa chica? Se preguntó Olivia, no entendía como personas con su fortuna y estatus podía perderse fácilmente.
Olivia entró a la habitación, ahora que tenía la seguridad de que Alessia no iba a morirse, podía dejar sus pertenencias a su lado y largarse de allí, tenía mucho que hacer y poco tiempo para lograr reunir el dinero que necesitaba. Mientras esperaba había hecho un inventario de sus pertenecías para ver que podía y no vender, pero ninguna cosa era de valor excepto su laptop, que no vendería por nada de este mundo.
Alessia estaba despierta, su mirada fue hacia Olivia en el preciso momento que la puerta se abrió, podía recordar haberla visto antes, pero no donde y poco importaba el dolor de sus golpes le hacían querer volver a dormirse.
Olivia, no tenía idea de cómo dirigirse a ella, nunca había cruzado palabras y tampoco estaba interesada pero debía sacarse el problema de encima y marcharse cuanto antes mejor.
—¿Has sido tú quien me ayudó? —Alessia, fue la primera en hablar. Gimió de dolor al intentar moverse.
—Sí, he sido yo, siento mucho lo que te ha pasado Alessia, pero tengo que irme, puedes comunicarte con tu familia —Olivia le tendió su bolso con sus pertenencias, pero Alessia, la ignoro, primero porque mover las manos suponía una verdadera agonía y segundo porque no deseaba quedarse sola, menos cuando sabía que debía enfrentar la furia de su hermano por haber escapado de sus guardaespaldas.
—¿Podrías comunicarte con mi hermano? —los ojos de Olivia se abrieron. Realmente Alessia estaba loca.
—Yo…
—Por favor, me cuesta tanto poder hablar, es un gran esfuerzo para mí —Olivia, observó los golpes en el rostro de Alessia, no debía estar exagerando, realmente se veía terrible pensó, aun así ¿Por qué tenía que ser ella?
—Por favor —Alessia volvió a gemir, el dolor parecía ir en aumento, el efecto del medicamento empezaba a desaparecer.
—Dios, está bien, lo haré —Olivia, no tenía idea de lo que tenía que decir. Marco el número y esperó a que alguien al otro lado de la línea respondiera, aunque si era sincera consigo misma, deseaba que no fuera Santino en persona.
—>>¿Dónde demonios estás Alessia?<< —Olivia sintió un escalofrío, al escuchar la voz ronca y profunda al otro lado de la línea, su columna vertebral tembló, cerró los ojos, respiró profundo antes de continuar.
—Yo… solo quería informar… —Olivia fue interrumpida, antes siquiera de terminar la oración.
—>>¿Quién demonios eres y dónde está mi hermana?<< —Olivia apretó el móvil entre sus dedos, había sido interrumpida bruscamente y encima el tipo tenía el descaro de gritarle cuando ella solo estaba haciéndole un favor.
—Alto ahí, te llamo para darte información sobre tu hermana, no para que me grites ¿Quién diablos crees que eres? —Olivia estaba enojada y respondió el ataque con ataque, ella era normalmente una chica tranquila hasta que le tocaban las narices. Giró el rostro para encontrarse con Alessia tratando de amortiguar su risa ¿Qué era lo que le parecía gracioso? Estaba postrada en una cama de hospital y su endemoniado hermano gritando al otro lado de la línea.
—>>¿Pero quién demonios…?<< —Olivia estaba lo suficientemente enojada para dejarlo continuar, ella solo quería largarse y arreglar su problema.
—Alessia está internada en el Hospital Central de Bangkok, habitación 345 tercer piso —Olivia cortó la llamada sin esperar respuesta del tipo. Sin ser consciente que nadie jamás le había hablado a Santino Ferrari de aquella manera.
—Eres mi heroína —Alessia hablo con asombro, quería pararse y darle un abrazo, nadie, nunca, jamás le había hablado a su hermana de esa manera.
—Apenas te conozco y siento que estoy en más de un problema, así que no puedes asegurar tal cosa —Olivia le devolvió el móvil
—Nadie le habla a mi hermano de la manera en la que tú —la señaló, olvidando su dolor, —lo has hecho, simplemente le has dado un paseo —Olivia no quería saber el precio que tenía que pagar por su momento de valentía, así que simplemente no dijo nada. Miro a Alessia en silencio, mientras ella se acomodaba en la cama y revisaba sus pertenencias.
—¿No ha sido un asalto verdad? —Olivia se regañó mentalmente ¿Qué le importaba? Es más ¿Por qué continuaba ahí?
—Por favor guarda mi número —Alessia, no respondió, porque simplemente era verdad, no había sido un asalto, sino un ataque de parte de los enemigos de su familia, una advertencia para Santino.
Olivia extendió la mano para recibir la tarjeta de presentación con un poco de reserva y miles de preguntas, pero no hizo ninguna, al ver a Alessia poco dispuesta a contarle lo ocurrido.
—¿Cómo te llamas? —Alessia, no sabía el nombre de su salvadora y lo necesitaría, lo que la chica había hecho por ella, no lo olvidaría jamás.
—Olivia Chanthara…
Mateo y Anong se despidieron de Somchai, volverían a reunirse el próximo fin de semana, para los detalles de la fiesta de compromiso. Somchai, había pedido algo grande, que diera de qué hablar por mucho tiempo en la sociedad tailandesa, alegando que Anong era la única heredera de su imperio y que pedía para ella lo mejor.—Por un momento creí que te negarías a la petición de tu abuelo.Anong sonrió ante las palabras de su novio.—Podría haberme negado. No estoy obligada a aceptar sus disposiciones. Si no lo hice ha sido por ti Mateo. No me estoy casando por el acuerdo solicitado por mi abuelo, he aceptado porque tengo interés en ti y no voy a continuar negándolo. Has sido muy valiente y eso me fascina de ti —Anong se estiró sobre sus pies para besar los labios de Mateo, quien la tomó de la cintura pa
—No puedes estar hablando en serio ¿Cómo qué quieres casarte? —Valentino cuestionó a Mateo. No veía a su primo contrayendo matrimonio de manera apresurada a menos que…»No me digas que las has embarazado. Mi tía Olivia pegará el grito en el cielo, cuando sepa esto.Mateo miró con cara de pocos amigos a su primo. Se lamentó por haberle revelado sus intenciones. Su madre tendría que haber sido la primera en saberlo, pero consideraba que aún no era el momento. Tenía una cita importante con el señor Wang esa tarde y quería estar preparado.—No digas tonterías Valentino, ni siquiera hemos dormido juntos, Anong es una maravillosa mujer y no quiero correr, todo a su tiempo —respondió el primogénito de los Ferrari Berlusconi.—Voy a creerte únicamente porq
Siete años después…—¿Piensas salir? —Olivia observó a su hijo mayor, vestido de manera elegante con veinticinco años era cada vez más parecido a Santino y también asediado por las jovencitas, locas y hormonales. Por supuesto que eso no le hacía gracia a la señora Ferrari. VENGANZA INESPERADA SANTINO 2 —¿Te encuentras mejor mami? —Mateo se levantó del sillón donde había permanecido firme al pie del cañón mientras su madre pegaba de gritos y su padre trataba de curar la pequeña herida. —Lamento hacerte pasar por esto cariño —Olivia lo atrajo entre sus brazos, Mateo de diecisiete años ya no cabía entre sus brazos. —No te preocupes mamá, siempre estaré para ti, lamento si mi padre ha sido un bruto curando la herida ¿Te duele mucho? —Olivia asintióPRÓLOGO
Epílogo Un día antes… —Como lo había prometido Santino —Ariza sonrió seductoramente, pensando tendría la oportunidad de seducir al hombre, eran muchos años de desprecios, la idea de terminar con la familia completa solo le daba un plus, le llenaba de excitación anticipada. —Brindemos por eso —ella sonrió bebió de su copa, antes de escuchar las palabras del hombre. —Eres una mujer de palabra Ariza, una pena muy grande tu deslealtad —Santino sonrió, mostrando una sexy sonrisa.
Santino no estaba feliz ante la situación; pero era necesario cerrar el círculo vicioso que Flavio había abierto años atrás. No comprendía el motivo de tanta maldad en el hombre ¿Que lo llevó a cometer traición? Siempre lo tuvo en cuenta, fue la mano derecha de su padre y él mismo lo convirtió en un hombre con influencia y decisión dentro de la organización grave error, ahora debía actuar su familia era primero y por mucho que llegó a estimar a Flavio, no era más que un traidor y como tal debía terminar con él, se lo debía a sus padres, los padres de Olivia, pero sobre a su hijo, el pequeño que no llegó a nacer, el dolor de esa pérdida le acompañaría siempre, no fue el responsable, pero la culpa recaía en él, por haberle permitido a Flavio tal libertad.—Te amo Santino, por fav
Último capítulo