8. Problemas
Capítulo 8
¿Cómo no me lo planteé antes?
Debí imaginarme que esa insoportable peliteñida también estudiaba aquí.
Maldita suerte la mía.
—¡Espera! —exclama ella con asombro—. Eres la estúpida que me tiro el agua encima en la Residencial —se acerca y entrecierra sus ojos mirándome de arriba a abajo.
Seguramente se percata de que soy la nueva estudiante.
Yo solo ruedo los ojos y evoco toda la paciencia posible.
¿Por qué no puedo tener un poco de paz en mi vida?
¿Por qué?
—¡Esto no puede ser! —grita con enojo frotándose la frente—. ¡Una humana aquí! —su tono es despectivo.
¿Qué acaba de decir?
¿Qué se cree que es? ¿Un ser humano especial o qué?
—¿Qué dijiste? —le preguntó confusa.
Al instante todo el comedor se vuelve puro silencio, nadie dice nada hasta que una eternidad de segundos después llega la generala rompiendo ese sigilo tan inquietante.
—¿Qué está pasando aquí? —aplaude repetidas veces con intensidad, haciendo muy notaría su presencia y al llegar hasta donde estamos su mira