(Pov: Lina)
Camino por la habitación, sintiéndome nerviosa y preocupada por Nicollas. Fue al mundo humano con Albert y aún no ha regresado. Me molesta muchísimo que actúe así por prejuicios. Pensé que habíamos superado este problema. No permitiré que Nicollas lastime a nuestro hijo con este comportamiento infundado.
Resoplando de frustración, me siento en el sofá, pongo mi cabeza entre mis manos y trato de calmarme. Somos compañeros y es mi deber hacer entrar en razón a ese lobo testarudo.
Ya es de noche y ni siquiera me di cuenta. El día pasó increíblemente rápido. De repente, siento que el viento trae un olor familiar a mi nariz. Me levanto rápidamente del sofá, sintiendo la ira burbujeando dentro de mí. Sospeché que había salido a beber, pero volver a casa oliendo a alcohol barato es inaceptable.
Nicollas entra por la puerta, tambaleándose, y me mira fijamente durante unos segundos. Mi mirada es puro disgusto. Intenta tocarme el brazo, pero me alejo con pasos firmes y la barbilla e