—Valentina Scott Soré —
Estamos en el auto, rumbo al hospital y Gypsia grita y grita, trato de calmarla, pues esto no le hace bien ni a ella ni al bebé.
Viendo su sufrimiento, también me preocupa si yo tengo en mi vientre un gusanito ¿qué haré? ¿Qué dirá Ethan? Él me mira con amor mientras yo sigo sobando la espalda de Gypsia y le doy ánimos.
—Val, duele mucho.
—Tranquila, ya el dolor pasará y tendrás a tu bebita hermosa junto a ti.
—Sí, amor. Tranquila, respira con nosotros — Aston hace los ejercicios de respiración, aunque creo que son más para calmarlo a Él que a mi pobre amiga. Miro a Ethan y él trata de poner mejor cara, sé que en el fondo, al igual que yo nos reímos del pobre Aston, pero no queremos ponerlo más nervioso.
—¡El próximo lo parirás tú! —le grita Gypsia un poco molesta y la entiendo. Traer un hijo al mundo es una bendición que conlleva no sólo un esfuerzo físico, sino que también mental.
En eso llegamos al hospital y Claudia se encuentra esperándonos junto a dos enfe