—Narrador Omnisciente —
En algún lugar de los suburbios de Nueva York… Unas horas antes del accidente.
—¿Cómo que la perdieron de nuevo? —Dice el hombre enfurecido golpeando de seco la cara de su subordinado.
—Lo…lo siento jefe, pero la señora Andrea se nos volvió a escapar entre medio de la gente, fue más rápida que nosotros y creo que tuvo ayuda, al igual que cuando se escapó entre las visitas el día que escapó de la cárcel.
—Son unos imbéciles. Esa mujer está loca y ahora suelta en las calles cualquier de nosotros está expuesto—Grita la muchacha que sen encuentra con ellos en ese momento.
— ¡YA CÁLLATE, IRMA! Es tu madre de la que hablas — Le reprocha el hombre mirándola fijamente.
— ¡ELLA NO ES MI MADRE! SÓLO FUI UN TÍTERE DE SU TEATRITO Y POR CULPA DE ELLA MI MADRE MURIÓ EN LA CÁRCEL. — dice la muchacha, entre lágrimas. Y en efecto era cierto, por las manipulaciones de Andrea dentro de la cárcel logró que le dieran una paliza a esa traidora, lo que nunca pensó es que se les pasar