Dante ingresó a la habitación, Allegra dormía.
Luego de quitarse la ropa Se deslizó con mucho cuidado y se quedó observándola. Luego se inclinó con mucho cuidado sobre ella.— Lo siento no debí comportarme así, pero pensé que todos los secretos y silencios habían quedado atrás exclamó Dante.
Allegra se dio la vuelta.—Perderlo fue lo que me destrozó por completo. No podía dormir, ni comer. Me sentía hundida, y muy triste. Sé que parece una tontería, porque sólo estaba embarazada de veinticuatro semanas, pero cuando lo perdí, fue como perderme a mí misma.
—¿Por qué no me lo dijiste? Allegra sacudió la cabeza con impaciencia.
—¿Cómo puedes preguntar eso?.
—Porque sabes que hubiera querido saber…
—¿Cómo lo iba a saber? —preguntó ella, volviéndose hacia él.— Desde mi punto de vista después de nuestra conversación, yo no era adecuada mucho menos lo iba a ser nuestro hijo. Aún así no fue por eso. Sólo me concentre en lo importante nuestro hijo y tratar de crear un hogar para él, pero el des