Rebeca se mostraba indignada ante la falta de modales de Amanda, ¿Que le había visto Walter a ella? Era imposible de entender.
-¿Nadie le dirá nada?- Miró a Lautaro y después a Walter que había escuchado la voz enfurecida de su esposa y se había sorprendido por eso
-Ella es la señora Hills y también mi jefa- Lautaro se excusó y Rebeca puso sus ojos en blanco. Después de lo que habían hecho él no era capaz de defenderla
-Rebeca no atiendo visitas personales aquí. Este es un horario laboral, así que a menos que vengas con una propuesta de negocios debo pedirte que te retires- Walter había tomado de la mano a su joven esposa que le dedicaba una mirada de suficiencia a la atrevida mujer que buscaba seducir
-Esta humillación no se quedará así- Dio grandes zancadas hasta llegar al ascensor y le dedicó una mirada furibunda a Lautaro
Rebeca salió refunfuñando de la empresa. No podía creer la escena que había presenciado y cuánto le había molestado. La indignación y la furia estaban en su tor