***HACE CINCO AÑOS***
Ava, de 13 años, acababa de regresar de las dependencias de los curanderos tras cambiarse las vendas de la pierna lesionada. Se había torcido el tobillo y se había lesionado la rodilla montando a caballo el día anterior, y aunque aún sentía dolor, no era tan intenso como el de ayer. Buscaba a su prometido, Ray, para que siguiera contándole historias tranquilizadoras que la reconfortaran y la hicieran olvidar el dolor, al menos por un rato. Buscó un rato por la empacadora Moonlight hasta que uno de los peluqueros le dijo que estaba en la piscina.
¿Ray en la piscina? ¿Desde cuándo? Ray tenía fobia al agua; siempre lo había sabido por su cercanía. Aparte de sus parientes, solo ella y Ethan en toda la manada lo sabían. Lo descubrieron durante sus sesiones de entrenamiento de lobos jóvenes y decidieron mantenerlo en secreto entre los tres; probablemente no sería bueno que nadie más en la manada supiera que su futuro alfa temía algo tan simple como el agua.
Ella cojeó