Capítulo 53. Papá, te he extrañado.
Maximiliano no lo podía creer, incluso pensó que quizás había escuchado mal, pues desde que dieron por muerta a Luciana, eso era lo que más deseaba. Si al menos hubiesen tenido un hijo juntos, podría vivir para darle todo su amor y aferrarse a ese niño, y así no pensar en quitarse la vida a cada rato, como lo había hecho su padre en el pasado.
Así que dijo:
—¿Me podrías repetir nuevamente lo que acabas de decir?
Pero volvió a escuchar las mismas palabras que antes, y no podía creer que fuera cierto. No porque dudara de su mujer, sino porque era demasiado bonito para ser verdad. Y como ya lo había hecho otras veces, se quedó en silencio durante un buen rato, moviendo la cabeza, incrédulo ante lo que Luciana le acababa de revelar.
Luciana, al notar su reacción, dijo:
—Como no me crees que eres el padre de mi hija, puedes hacerle una prueba de ADN a Amelia, y ahí te darás cuenta de que lo que te estoy diciendo es verdad.
Sin embargo, aquellas palabras las dijo con cierto enojo, porque ja