Al dejarme Mario en el suelo, me fui hacia el cuarto de baño para ducharme yo también pues tenía calor.
—- No te muevas, desnudate despacio y con sensualidad, como si quisieras ligar conmigo —- me dijo.
Mario se sentó delante de mí en un sillón que había en nuestro dormitorio, mirandome fijamente. Me fui desnudando muy despacio y con cierta sensualidad, quitándo mi sujetador poniendo mis manos tapandome los pechos, me di la vuelta para quitarme las bragas, dándome poco a poco la vuelta quedando enfrente de mi esposo completamente desnuda.
—- Ya estoy a su disposición, mi señor — le dije.
— Muy bien así me gusta, eres mía y me debes obediencia, ahora ves a la ducha a duchate bien todo el cuerpo, te quiero limpia — me dijo.
Me duche todo el cuerpo despacio y sin prisas para estar bien limpia para mi esposo, una vez que cerre los grifos, cogi una toalla secando muy bien todo mi cuerpo, volviendo al dormitorio como sabía que a mi esposo le gustaba, desnuda. Nada más entrar en el dormitori