Capítulo 6

Informe sobre Arwen Simones:

Su padre fue un genio, resolvió un par de problemas matemáticos que le dieron renombre y gran prestigio en dos de las universidades más importantes del país, una de ellas becó a Arwen graduándose en tiempo récord en Ingeniería Informática, parece que heredó la genialidad de su padre porque se ha permitido obtener tres especialidades con tan poca edad, podía reconocer que parecía más inteligente que él mismo.

El padre también fue un destacado guitarrista de rock, tan bueno y reconocido que fue invitado a grabaciones de excelentes artistas. Lamentablemente la droga fue su debilidad y perdición.

Por otro lado, la madre de ella ha sido un desastre desde que comenzó a consumir y Arwen ha cargado con todo ese peso desde siempre, su condición financiera no mejora por causa de su madre y el último empleo que tuvo lo perdió por no tener los equipos.

***

Aiden notó que ese empleo era con una de sus divisiones, ya él se encargaría de que lo recuperara, coordinaría todo para que en un mes le ofrecieran el empleo nuevamente. El vecino de Arwen, un militar retirado, también dio mucha información sobre ella y narró como él trataba de ayudarla ofreciéndole comida porque lo que ella compraba desaparecía, gracias a su madre, así que era mayor el tiempo que pasaba sin comer.

La observó y ya su respiración era pausada y tranquila, se había dormido finalmente, realmente se veía hermosa y su boca lo tenía cautivado, pero la prefería despierta porque sus ojos eran bellísimos.

Guardó los documentos y se dispuso a dormir, pudo haberle dado alguna de las otras habitaciones, sin embargo, consideró que así se familiarizaba más con él, aspiraba el aroma a jabón floral que despedía su cuerpo y se inquietó, de pronto decidió acompañarla al otro día a hacer las compras, lo consideró necesario por si tenía algún inconveniente con la tarjeta.

Arwen despertó y vio a Aiden terminando su arreglo frente al espejo, al notar que tenía los ojos abiertos la saludó:

            –Buenos días dormilona –realmente le extrañó su tono ¿amistoso?

            –Buenos días, ¿es muy tarde?

            –Son las nueve de la mañana, arréglate para que desayunes y vayamos de compras.

            –¿Vas a ir conmigo?

            –Sí, mejor voy contigo por si hay algún problema con la tarjeta.

            –Entiendo, dame unos minutos.

            –Estaré en mi oficina, me mandas a llamar cuando estés lista.

“Este hombre es muy extraño, esta mañana su actitud conmigo es como jovial y animada.” –pensó ella. Salió de la cama y revisó las bolsas que le había mostrado Marck la noche anterior y había un par de pantalones, una blusa ligera, un vestido muy juvenil y tres conjuntos de ropa interior.

Se decidió por el vestido porque era más fácil de quitar y poner ya que iba de tiendas.

Se arregló el cabello en una coleta alta y como maquillaje solo utilizó delineador, máscara de pestañas y un poco de brillo en los labios, cuando terminó de desayunar, le mandó aviso a Aiden de que estaba lista, se reunieron y llegaron a un centro comercial que estaba desolado, eso le resultó muy extraño y exclamó preocupada:

            –¿Estás seguro de que me atenderán?, parece cerrado.

            –Te atenderán solo a ti, no me gustan las aglomeraciones ni los curiosos, este centro estará cerrado al público mientras compras –le explicó.

            –Vaya forma de impresionar a tu novia, vas muy bien –le señaló con una sonrisa.

            –Yo no…–no lo dejó terminar la frase porque ya ella estaba entrando a una tienda.

***

“Solo quería decirle que no era para impresionarla” –dije entre dientes.

Marck se me acercó y como seguramente me escuchó, sonriendo preguntó:

            –¿Seguro que no querías impresionarla?

Le lancé una mirada de furia, pero Marck seguía sonriendo con picardía, totalmente indiferente. Entré tras ella y me ubicaron en un cómodo sofá, me ofrecieron algo de beber y la aparentemente encargada tratando de ser amable de pronto me señaló:

            –No se preocupe que atenderemos a su acompañante de la mejor manera.

            –Ella no es una acompañante, es mi novia –le repliqué en un tono gélido respaldado con una mirada asesina que hizo a la mujer retroceder y solo alcanzó a decirme:

            –Disculpe, con permiso.

Las dos vendedoras que atendían a Arwen se percataron del incidente, su jefa seguramente pensó que solo era un tipo rico comprándole ropa a mi amante de turno, tal vez no era la primera vez que le sucedía, aunque seguramente nunca antes le habían respondido con mirada y voz de asesino, porque de verdad me provocó matarla, debido a lo que infirió al verme entrar con ella.

Las chicas intercambiaron miradas, sonrieron y continuaron ayudando a Arwen a buscar vestidos de noche.

Arwen apareció con un traje gris perlado, largo, escote redondo, sin mangas, solo dos finas tiras con piedras brillantes impedían que se deslizara por su cuerpo, la tela se pegaba a su piel, le quedaba perfecto, solamente asentí recorriéndola con los ojos entrecerrados.

Luego uno azul marino con tope y mangas de encaje, cuello alto, tenía una abertura a un lado dejando al descubierto una de sus largas y torneadas piernas, volví a asentir mientras sentía mi garganta seca, así que solicité algo de beber.

Después salió con uno rojo, muy brillante, de escote corazón que resaltaba mucho su hermoso busto y mangas caídas que dejaban al descubierto sus hombros invitando a acariciarlos, tenía la falda un poco más amplia que los otros dos, otra vez moví mi cabeza de arriba abajo embobado, ella se aproximó y me preguntó:

            –¿Cuál te gustó más?

            –Son muy diferentes entre sí y todos te quedan realmente bien.

            –Llevaré el azul marino.

Me levanté del sofá me acerqué a su oído y le susurré:

            –Compra todo lo que quieras.

            –Compraré solo lo que necesite –me refutó.

Marck nos veía divertido, fui a su encuentro parándome a su lado y le increpé:

            –¿Qué te divierte tanto?

            –Este mes va a ser interesante, ella sabe bien quién eres y aparentemente no le importa, no la intimidas, no es una chica impresionable y estoy seguro de que no abusará de tu dinero.

            –Dile a Sam que esté pendiente de lo que le llame la atención y lo pida también si no lo compra, su madre la dejó sin ropa, eso es inaudito.

Marck fue en busca de Sam y le dijo:

            –Acompáñame.

Luego se la presentó a Arwen diciéndole:

            –Ella será su asistente de ahora en adelante señorita Simones.

            –De acuerdo, mucho gusto, dime Arwen y tú también Marck –ambos voltearon a verme, yo me mantuve serio y ella entendió que seguirían tratándola como señorita Simones.

Continuó el desfile en otras tiendas y Marck aún no se explicaba como Aiden había soportado más de dos horas en pruebas de ropa.

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