51. BAJO TIERRA
LYRA
Desperté con una sensación pegajosa y pesada. El aire se sentía rancio, como si hubiera estado atrapada demasiado tiempo. Mi cuerpo estaba entumecido, lento, y me tomó varios parpadeos aclarar la vista.
Lo primero que vi fue su rostro.
Alfa Cade.
Dormía a mi lado, tan imponente y varonil como siempre. Su mandíbula firme, el cabello oscuro, el porte de un auténtico líder. Era guapo, peligroso en su magnetismo, y por un instante me recordó por qué alguna vez creí que él era mi destino inevitable.
Pero de pronto, como un relámpago, otra imagen atravesó mi mente.
Zayden.
Vi sus ojos dorados, la dureza de su ceño, la fuerza brutal que emanaba. Y algo dentro de mí —profundo, instintivo— gritó que no había comparación. Por un segundo absurdo, me descubrí pensando que Zayden era mucho más sexy que Cade, más real, más auténtico.
No entendía por qué.
Mara… susurré mentalmente a mi loba, temblando. ¿Qué significa esto?
Ella bufó en mi conciencia, su tono grave, con la serenidad de quien ya