Por la mañana llegamos al aeropuerto de Barajas, todo volvía a la normalidad, Dan se fue al trabajo y yo a la universidad. Cuando las clases terminaron fui a lo de Ari a buscar a Xander.
—Hola cielo ¿Cómo estás? —mi hermana me abrazó.
—Muy bien, ¿Cómo la pasaron? —preguntó mientras entrabamos y nos acomodábamos en el sofá. Xander se acercó a saludarme, apoyó sus manos sobre mi regazo y lamió mi rostro con entusiasmo.
—Hola pequeño, ¿te portaste bien? —indagué amorosamente mientras acariciaba su enorme cabeza.
—¿Preparo algo para comer o quieres salir?
—Si tú vas a cocinar, prefiero salir —contesté divertida, mi hermana me dio un codazo en las costillas y fuimos a la cocina, comenzó a rebuscar en el refrigerador y me miraba divertida.
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