- No, no quiero - se quejó Lorenzo cruzandose de brazos y mirando a Viktor de la misma forma en que Alexandra solía mirarlo cuandoe staba cabreada, la barbilla levantada y mirada feroz, aunque fisicamente el niño se parecía a él, tenía el caracter de su madre.
- Hijo, por ultima vez - se quejó - Es solo temporal - el niño levantó una ceja, era una de esas ocasiones donde Viktor se cuestionaba la legalidad de golpear a un niño, pero tanto él como el pequeño demonio sabían perfectamente que jamás se atrevería a hacerlo - Te compraré un helado al regresar - prometió, Lorenzo suspiró dramaticamente antes de dejarse caer en la cama donde había estado de pie
- No me gusta ir donde Anya - se quejó el niño, Viktor se arrodilló frente a él y terminó de arregalr su cabello, incluso si tenía el temperamento de su esposa, no podía evitar verse a si mismo en el pequeño, especialemnte con el feroz cabello oscuro que se negaba a quedarse en su lugar
- Lo sé, pero esto es importante para mamá -