Capítulo ~32~

Al día siguiente me desperté y no vi a Valentino junto a mi, sali de la cabaña y me encontré con Lucrecia; ella se notaba ida.

—Hola, madre —mencioné con sentimientos encontrados. Ella me alejó de todo mi destino para protegerme.

–Hija, buenos días. El clima esta caluroso ¿cómo te sientes al descubrir lo que eres? Sé que tienes muchas preguntas y te las responderé todas.

—Está bien. Por ahora sé que todo lo que hiciste fue por mi bien, y quizás más adelante, cuando acabe todo, podamos hablar.

La miré y solté un suspiro. A lo lejos, vi a una chica que me miraba con recelo. Luego, observé a Emilio conversando con Laria. Pero Valentino no estaba.

—¡Nos atacan! —gritó un hombre de la manada, y rápidamente me levanté del suelo.

—¿Dónde está el señor Valentino? —gritó Emilio, y eso mismo quería saber yo.

—Está luchando contra la manada de la muerte y los camaleones, está solo. Mandó a pedir refuerzos.

No, Valentino está solo. De repente, siento una horrible sensación. Se escucha un aullido
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