Desde aquel lejano día lleno de sombras, muerte y sangre. ¡Nada volvió a ser igual! Tanto en Caleb del pasado como en Rous del futuro, la línea delgada de la ilusión terminó por morir ese día de la desgraciada marcada por un destino que parecía no corresponderles vivir. ¡Como si no pertenecieran a ese mundo en el que vivían!
Tres meses después…
Luego de la perdida de quien hubiese sido su primogénito, tanto en el pasado como en el futuro. Caleb que estaba viviendo su mejor momento en el tiempo del pasado, no había pasado mas de un mes en su nueva casa, en esa mansión que le perteneció a David. ¡Ahora Caleb la habitaba!
Rous estaba muy feliz a un comienzo, a pesar de la perdida de su hijo. Pero esa felicidad comenzó a pesar en la soledad a la que Caleb la sometió durante mas de un mes sin llegar a dormir a casa.
Caleb por su pate comenzó a hundirse en el alcohol, drogas, dinero y poder. Fue subiendo como la espuma, el Turco le transportaba todas las cargas de estupefacientes y el equi