Dieron de alta a Rubén el domingo en la mañana, y dado que el asunto de los papeles aún no estaba resuelto, tuvieron que quedarse un día más.
Antonio llamó a Aurora contándole los pormenores de su viaje, y cuando le dijo que tendrían que esperar, Aurora empezó a sospechar.
—¿No lo estarán haciendo a propósito?
—¿Por qué lo dices? –preguntó Antonio, aunque sabía exactamente a qué se refería su esposa.
—Es todo tan raro… no querrán ellos…