☦︎ EL NOTICIERO DE LA MEDIANOCHE.☦︎

  

—¡Alexandra, tu tatuaje quedó hermoso! —declaré con toda la sinceridad del mundo, mientras acariciaba las líneas que lo conformaban.

—Debías ver el rostro de mi mamá ¡Duro días sin hablarme!, pero luego se calmó —sonrío —. Y me temo que volverá a molestarse.

  —¿Por qué?

  —Por mi nuevo corte de cabello.

—No entiendo, tienes el cabello hermoso y ya te lo vio y no te dijo nada.

—Es porque lo he disimulado con los mechones de mi cabello largo, debo agradecer que tengo cabello abundante —puse cara de confusión.

—Te lo mostraré —inmediatamente se apartó el cabello del lado izquierdo, dejando al descubierto la raya real de su pelo; mi querida prima llevaba el costado derecho semi rapado. A continuación, se observó en el espejo de la peinadora arreglándose el nuevo estilo, pero la raya ya no estaba en el medio, sino más baja, logrando que los mechones largos le cayeran en uno de sus ojos.

 —¿Qué te parece?

—No me parece mal, es tu estilo, te ves guapa, solo falta el maquillaje.

—Estamos en sintonía primita —sonrío emocionada y fue hasta mí para tocar mi cabello.

  —Necesitas mantenimiento y nuevo estilo de maquillaje, ya sabes algunos consejos para que te veas más ardiente.

  —¡Espero no me vayas a maquillar como los de la banda ¡The Kiss!

  —¡No, tonta! Más bien como una mujer fatal.

 —No quiero ser una mujer que en última instancia trae el desastre y la desgracia a los hombres que se involucra con ella. No quiero ser una ilusión fugaz de belleza etérea.

 —Deberías de cambiar esos pensamientos, la mayoría de los hombres son unos malvados egoístas.

—Tú lo has dicho “La mayoría” pero no todos —. En una de esas que recogía mi cabello, olvidé por completo el rabihat que posaba detrás de mi nuca y que aún no sabía cómo hacerlo desaparecer. Fue muy tarde cuando el grito de Alexandra no se hizo esperar.

—¡No me lo creo! Tú también tienes un tatuaje.

—Bueno, supongo que ya lo viste —fue mi débil respuesta, quise levantar la cabeza, pero ella no me dejo.

—Tengo que detallarlo. Vaya que eres valiente, yo lloré cuando me hicieron este, pero los tatuajes de relieve son más dolorosos ¡Por Dios tuviste que haber gritado! Es muy sobresaliente.

  —Si me dolió y ardió bastante.

—Por supuesto, ¡No te va a molestar! La aguja penetra más hondo ¡Tú estás más loca que yo!

—Quizás —sonreí, ella se alejó y se tomó otro trago de su cerveza, igual yo.

—¿Tu papá lo sabe?

—No, y deseo que no se entere.

—Por mí no se enterará. Se las traen esas amiguitas santurronas tuyas.

—Ellas no lo tienen, solo yo y… —hice una pausa, ella respetó mi breve silencio —Ethan —terminé la frase.

—Ya veo la mala influencia.

—Y no tengo solo uno, tengo tres.

—¡Que! No te creo, muéstralos —me exigió, tomé otro trago y dando tumbo me saqué la sudadera mostrándole mi nuevo rabihat en todo el centro de la espalda. Ella tocaba el relieve, se encontraba impactada, luego giré y me quité la pulsera de cuero que me puse en la muñeca por mi padre para ocultarlo de sus ojos.

 —¡Estás demente! ¿Lo sabías? Quien te hizo el tatuaje de la muñeca debe ser muy excelente para no cortarte las venas.

  —Si muy genial.

 —Esto es un espiral, pero esos dos que llevas en la espalda y nuca ¿Qué significan? Los tatuajes llevan significados.

  —Son solo símbolos.

  —¿Nada más símbolos? ¡Tú te tatúas y no investigas la historia tras la imagen!

—Sí, lo hice, pero no me has dejado contártela —Alexandra hizo señal con sus manos de que se ponía un cierre en su boca y yo procedí a narrarle lo que yo había percibido en el sueño y visiones que tuve con Nahethis.

—Elegí símbolos porque todas las culturas cuentan con símbolos que representan su origen y destino, así como sus valores y creencias para su transformación, pero estos símbolos que yo elegí constituyen una geometría sagrada. Tienen como características neutralizar la oscuridad y generar energía que promueva el ambiente adecuado para librar la batalla y purificar el alma. Por ejemplo, la cultura celta aportó al mundo los diseños más bellos hechos a base de espirales, que representan la esencia de la vida. Se decoraron con estas magníficas formas escudos, espadas, joyería y utensilios, así como sus cuerpos, quizás para rendirle culto a los seres que consideraban deidades —al decir aquello Nahethis, Yahadet, Baco y Adrián llegaron a mi mente, ellos simbolizaban para mí la esencia de esas deidades —. Los símbolos evocan nuestro inquebrantable vínculo con todas las fuerzas de la naturaleza. Los amuletos celtas son ondas muy poderosas que armonizan a personas y lugares, protegiéndolos, los veo como mantras. Cada uno tenía su poder —Alexandra se quedó muy quieta tomando otra cerveza emocionada por lo que le explicaba. Agradecí haber leído aquel libro sobre cultura celta, lo cual me permitió eludir el agudo examen de Alexandra.

—En el caso de los pueblos celtas, el espiral representa para ellos la vida eterna, ya que es algo que no tiene principio ni final, sino que cambia y evoluciona constantemente —agregué.

  —Comienzo ni final, vida eterna —repitió. —Interesante, no estoy seguro de por qué me hiciste recordar la palabra «Reencarnación», necesito otro trago.

  —Yo también, pásame otra, mientras más mareada mejor.

  —Hecho —dijo ella sonriendo —, pero ni creas que te vas a salvar de no contarme.

—Lo seguiré haciendo —. Luego de pasarme la penúltima cerveza y bebernos un trago me instó a seguir hablando.

—Prosigue, ya sé el significado céltico de esa espiral te quedan dos.

—Dejemos ese asunto para después, ya estoy mareada —debía salirme de esa conversación, ya no tenía más argumentos para calmar su sed por saber.

—Vaya, vaya… ya estamos viendo doble, está cerveza me cae bien, ojalá no veamos duendes y seres reencarnados —Alexandra suspiró. 

   Terminé de tomarme la última cerveza, estaba bastante mareada y alegre, deseé que esa alegría no se fuera. Alexandra encendió la tele mientras mi mente lo evocaba, sobre todo aquel momento en el que posó su mano sobre mi nuca, tocando mi rabihat, transmitiéndome su calor. En ese momento pude ver el que él tenía en su cuello. Aunque no comprendía plenamente los rabihats, sentí que el de Adrián canalizaba las energías que conforman el universo y la lucha de la luz frente a las tinieblas. Ofrecía protección contra los extraños o los diablos que invadían los espacios de luz. Las burlas de Alexandra una vez más me desconcertaron.

  —¡El mundo está loco! Ven Vicky, acércate y oye esta noticia —hice lo que me pidió y dando tumbos me acerqué a escuchar la noticia. En la pantalla de la televisión se veía a una mujer perturbada que juraba que un ser sobrenatural similar a un vampiro la había salvado a ella y a su pequeña hija. Me quedé helada y pensé en Arantxa, ella era la única oscura que parecía no ser tan malvada, bueno quizás solo lo era conmigo porque tenía un supuesto pacto, pero su naturaleza era depredadora y yo no me salvaba de esa herencia tampoco, pero eso cayó en picada cuando la mujer perturbada dijo que era un hombre.

 —¡Tenía unos colmillos afilados! El hombre era alto y de cabellos cobrizos, quizás rojizos y largo, sus ojos también eran rojos —continuaba asegurando mientras la periodista le solicitaba más detalles y explicaciones.

  —Aquella criatura me salvó y me brindó su camioneta que estacioné frente a la estación de policía, pero cuando los oficiales salieron, la camioneta ya no estaba. Lo juro, no estoy loca.

  —Claro que lo estás —se burlaba Alexandra mientras yo seguía escuchando la noticia hasta que la periodista dio paso a los estudios.

  —Pobre mujer —dijo una de las comentaristas que dirigían el programa de información nocturna.

 —La policía asegura que en esa cabaña abandonada no encontraron el cadáver de su exesposo, al que el supuesto vampiro se comió, lo que sí encontraron fue el cadáver mutilado de su esposo actual. La pequeña niña hija de la víctima con su actual y difunto esposo asegura que lo que dice su madre es cierto, aunque la niña llevaba los ojos vendados —aclaró el otro reportero.

  —Los médicos dicen que la mujer sufrió tres crisis nerviosas y tenía muchos moretones y cortes producto de torturas, afortunadamente la niña no presenta lesiones graves. La mujer está ingresada en una casa de reposo, esperemos que se esclarezca el caso, ya que el desaparecido Carlos Iriarte es buscado por secuestro y asesinato, además de por fraude. Lo más extraño es que la supuesta camioneta que condujo hasta la estación de policía desapareció sin dejar rastro y se desconoce el número de la placa, lo único que se sabe es que era una camioneta de lujo negra.

  —¡Nadie da una camioneta de lujo! —manifestó el compañero de narración.

—Quizás en su delirio para protegerse de su dolor creo este personaje —agregó la reportera.

—Entonces, que le agradezca a ese colmilludo defensor —manifestó uno de los comentaristas con una nota graciosa —. Esperemos que las autoridades pertinentes aclaren todo. Así concluyen las noticias de esta medianoche, les deseo a todos una feliz noche y hasta mañana. No olviden colocar ajo y crucifijos en sus ventanas, quizás no tengan tanta suerte como esta víctima —concluyó el locutor de noticias.

  —Muy gracioso ese locutor —reñí, pero mi prima era otro caso, se burlaba hasta más no poder.

—No le veo la gracia, esa mujer se ve mal ¡Fue atacada!

 —Eso lo sé y, en verdad, no me burlo por eso, sino por la originalidad de la mente de la mujer de culpar a un supuesto vampiro; quizás ella los mató a ambos. ¡Qué diablos sé yo!

  —Mejor vamos a dormir, estoy muy cansada.

 —Tienes razón —me apoyó —¿Cuál cama quieres la de arriba o la de abajo? —Me preguntó luego.

  —Me da igual.

  —Que bueno porque escojo la de arriba. 

     

     Al tumbarme en la cama, me quedé dormido y vi a aquella mujer que afirmaba haber sido salvada por un vampiro de cabellos cobrizos casi rojo. En el sueño también me apareció Ethan, y me aseguró que él nunca fue el tercer anunciado. Entonces, la imagen de aquel vampiro de cabello cobrizo se materializó, pero no lograba verlo bien, no lo podía detallar. Tristán… Tristán Palacios me susurró al oído y me desperté en mitad de la noche, giré hacia la puerta y ahí estaba mi abuela pidiéndome que la acompañara, me levanté y la seguí dejando a Alexandra con sus ronquidos atrás.  

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