El amanecer estaba a punto de nacer asi que decidí subir a su habitación, en la habitación donde habíamos pecado tantas veces.
—Damián.—Mhmmm—gime con molestia sin hablar, se gira dejándome ver su esculpida espalda y suelta un —Shhhh…Decido subirme a la cama y meterme, tomo su brazo y lo coloco en mi cintura para reconfortarme. Cierro los ojos poco después, segundos más tardes noto un bulto en mi culo y Damián besándome el hombro, su mano en mi cintura pasa a amasar a mis pechos.—Buenos días—sonríe.—Buenos días—susurro yo de vuelta.—¿Confías en mí?—¿Qué vas a hacer?— pregunto yo con miedo.—¿Confías en mí?—insistió.Con un suspiro—Sí.—Cierra tus ojos. Obedec&iacu