El día de la ceremonia de vinculación.
Me levanté temprano y comencé a prepararme.
Gabriel me abrazó, llevándome hacia el salón del banquete.
No pude evitar echarle un vistazo rápido.
Era diferente a Theo.
Theo era el típico hijo mimado de familia rica, con una actitud un tanto arrogante, siempre con esa sonrisa burlona y una mirada desafiante.
Pero Gabriel era un verdadero caballero, serio y reservado.
Su nariz recta y sus labios cerrados daban una sensación de calma y seguridad.
Algunas personas decían que hombres como él eran apáticos y desalmados, pero yo lo había visto arriesgar su vida por mí. Pensando en esto, una cálida sensación se apoderó de mi corazón.
Todo esto parecía repetirse, pero era diferente a lo que había vivido antes.
De repente, el auto se detuvo.
Miré hacia arriba y vi a Theo de pie en medio del camino, con un traje y una flor de novio en el pecho.
¡Se atrevió a venir a provocarme!
En serio, estaba loco.
Gabriel intentó bajar del auto, pero lo detuve.
—Déjame a m