Izel
La luz blanca palpitaba oscureciendo e iluminando mi camino. El pasillo por el que caminaba era totalmente desconocido, jamás había estado aquí en ninguno de mis sueños. Mire mis pies descalzos y el vestido blanco hasta mis tobillos.
—¿Hola?— Mi voz hizo eco en el lugar, sentí unas pisadas tras de mí, me giré alarmada— ¿Hay alguien ahí?— risas empezaron a escucharse mientras yo empezaba a correr desesperada por salir de aquel lugar.
—Izel…
—No te resistas Izel.
—Consumelo.
—Libéranos.
Los susurró venían de diferentes partes, mi cabeza empezó a doler mientras mi nariz empezaba a sangrar. Seguí corriendo tapando mis oídos. Empuje una puerta y entré.
—No, Izel, debes controlarlo.
—Si las liberas será el fin para tus amigos.
Las voces se escuchaban más claras, las risas y los susurros habían desaparecido junto a mi dolor de cabeza y la sangre que salía por mi nariz.
—¿Quienes son ustedes?— grité, dando vueltas en la habitación de color blanco, ahí no estaba antes— ¡muestrense!— mi