Amara
La brisa pera en mi rostros mientras veo a mi pequeño dormir plácidamente en mis brazos. Es un hermoso amanecer, es un hermoso día y solo deseo que las cosas marchen bien además de estar junto a las personas que más amo.
Aziel a mi lado acaricia mi cabello, no deja de observarme, podría jugar que su mirada me dice que si deja de hacerlo va a perderme. Yo no quiero perderlo.
–¿Ya hemos vivido esto?– le pregunto, apoyo mi cabeza en su hombro desnudo. Acaba de volver a su forma humana.
–No, es la primera vez que podemos tener un bebé – sonreí con tanta suficiencia que mi corazón se sacude– de siente como un sueño, nunca hemos podido ser felices.
–Quizás está sea la vencida– murmuró sin dejar de ver cómo el sol se pone en su punto– yo quisiera saber– dudo– ¿Mis sueños son reales?– siento como sus músculos se tensan, me inclinó para verlo pero él no lo hace.
–Han sido quince vidas, dónde ocho han sido a mi lado, siempre que estamos juntos las cosas marchan mal, siempre te pierdo en u