Xenois

Eso fue todo lo que me escribió.

Parecía que no le importaba; no había enojo, ni decepción, fue como si esperara que le fallara otra vez.

El mensaje debió haberme hecho sentir aliviado, ya que no había pelea ni reproches, en cambio, me dejó intranquilo.

La Luna que conocía no se habría rendido tan fácilmente, me habría exigido explicaciones, me habría hecho ganarme su perdón. Así que esa aceptación silenciosa no era algo que ella haría.

"¿Todo está bien?" le escribí de vuelta, con una genuina preocupación hacia mi compañera.

Aparecieron los tres puntos, indicando que estaba escribiendo, luego desaparecieron, aparecieron y desaparecieron una segunda vez.

Finalmente, mi teléfono vibró con una respuesta: "Todo está bien, Xenois. Ocúpate de tu 'algo'. Nosotros nos las arreglamos sin ti, siempre lo hacemos."

El hecho de que usara mi nombre fue como recibir una bofetada de la nada. Lumina no me llamaba “Xenois” desde que nos unimos. Solo usó mi nombre cuando aún me mantenía a distanci