Lumina

Mi teléfono vibró justo cuando trataba de acomodarme en la incómoda silla del hospital, al lado de la cama de Ollie.

El identificador de llamadas hizo que mi corazón diera un vuelco y sentí que un poco de pánico se apoderaba de mí, era Zade. Rápidamente miré alrededor, asegurándome de que Xenois aún estuviera distraído con la conversación que tenía con Thorne en el pasillo, antes de salir para contestar con más privacidad y sin preocuparme de que alguien nos oyera.

—Zade —respondí en voz baja, dirigiéndome hacia el extremo del pasillo donde podría hablar libremente.

—Lumina —sonaba aliviado—. Recibí tu mensaje sobre los niños en el hospital. ¿Estás bien? ¿Ollie está bien?

—Estamos bien —respondí, aunque mi voz tembló un poco por el miedo residual que aún sentía. Cuando recibí la llamada pensé que era Ollie el inconsciente y había infringido muchas reglas de tráfico para llegar aquí, recordando que mi hijo había muerto en mi vida pasada y preguntándome si había hecho algo mal que