Layan estaba en su estudio revisando algunas cosas antes de salir a correr cuando escuchó el sonido de los vidrios de una ventana romperse en miles de pedazos. La puerta se abrió de golpe. Kei entró corriendo con un rostro conmocionado totalmente contrario al suyo ausente de emociones. Eso no pronosticaba nada bueno.
-¿Qué ocurre?-
-Leila y Priscila, ellas...-
Layan abrió sus ojos. Su intención al dejarlas solas era que intentaran entenderse no que se pelearan y menos de esa forma, pero estaba hablando de Priscila después de todo con quien hasta él perdía la paciencia en menos de dos segundos. En eso era idéntica a su padre.
Salió corriendo hacia el ja
Layan se quedó tan congelado que ni siquiera podía respirar.Lágrimas.Era en lo único que podía concentrarse. Y estas bajaban por el hermoso rostro de aquella loba que lo hacía perder la paciencia. Acercó, sin dudar, sus dedos hacia su mejilla para recoger algunas de ellas pero ella alejó su rostro de su tacto y logró soltar su brazo herido de la mano del alfa que la mantenía sujeta y lo llevó hacia ella.-Te odio-Fueron las palabras que salieron de los labios, todo mordidos de Priscila. Resistiendo el dolor no se había permitido soltar un sonido que la rebajara. Pero las traicioneras lágrimas le habrán jugado una mala pasada y ahora ba
Layan era posesivo. Mucho más de lo que aparentaba. Era como un niño con su primer juguete y no lo podía evitar. Era un alfa, pero sobre todo era un alfa.Entonces...Que saliera al patio y se encontrara a la loba que supuestamente lo declarara como suyo porque el destino así lo dictaba, sentada a horcajadas sobre su beta. Y de paso, inclinada sobre este como que no era la imagen más agradable para él.Y por supuesto.La bestia dentro de él salió a la luz y no hizo nada para detenerla.-PRISCILA- le gruñó posesivamente, tan fuerte que los cristales de las ventanas del castillo se estremecieron.
Divertido.Había dicho divertido.Layan se sentó en el borde del sofá rápidamente y la giró para levantarla por los hombros para que quedara sentada frente a él. Cuidó de no lastimar aún más las heridas en sus brazos con su agarre.-Priscila acaso tus emociones están volviendo-La loba estaba algo aturdida por lo que dejó caer su cabeza sobre el hombro de Layan. La sonrisa en sus labios no desaparecía.-¿Emociones? No sé a qué te refieres- restregó la cabeza en él aspirando su olor- Estoy cansada, déjame dormir un poco. Mi cuerpo fue molido por tu beta, s&eacu
Priscila sabía que estaba jugando sucio.Pero no era su culpa. Layan no acababa de poner de su parte por lo que ella había tenido que usar algunos métodos efectivos para lograr lo que quería. En eso, estaba desorientar al alfa con sus feromonas.No era normal que un lobo las usara y menos alguien tan joven como ella pero su madre le había enseñado como podía doblegar y dada su fuerte naturaleza eran más fuertes de lo estimado. Además, había un punto que no le había contado ni siquiera a sus padre y menos a Layan.Su cuerpo estaba rozando los 100 años, al menos lo interno, por lo tanto, su celo podría llegar en cualquier momento. Debido a eso su olor era más dulce y había excitado ta
Después del suceso en el baño Layan estaba extraño. O eso era la conclusión a la que había llegado Priscila. Y de eso era ya una semana. Su comportamiento era irregular e impredecible.La rechazaba como antes pero a la vez no.No era una las veces que lo había sorprendido mirándola, para que después que ella le preguntaba que ocurría, él chasquear la lengua como si estuviera molesto e irse. Cuando dormían, en mitad de la noche le pasaba el brazo por encima de su cintura y la apretaba hacia su pecho lamiendo de vez en cuando la mordida.En otras ocasiones la llevaba al baño después del entrenamiento con Kei, y una vez que la dejaba en la bañera, se veía vacilante de si se iba o se qu
Enamorado.Amor.-¿Qué es eso?- Priscila preguntó tomando desprevenido al betaKei pestañeó confundido.-Disculpa princesa, no entendí--Me refiero a...¿qué se siente cuando uno está enamorado?- la pregunta fue inocente pero eso no quitaba el peso que contenía sus palabras.Inesperadamente el siempre serio y hermoso rostro de Kei se sonrojó.-Es algo complicado de explicar princesa, pero debes sentirlo con el alfa-Priscila inclinó la cabeza.
-Mal momento para un ataque de celos, Layan- Priscila dijo tono poco agradable- Suéltame- palmeó con fuerza el brazo sobre ella quitándoselo de encima.La boca de Layan se abrió de la impresión.-¿Se puede saber qué te pasa?- le soltó alto y los lobos a su alrededor no pudieron evitar mirarlos dado es espectáculo que se estaba formando, después de todo, pocas veces se le veía al alfa perder los estribos y más en público.-Nada, que al menos hay otros que me prestan más atención que cierto lobo que se da aire de supremo, solo porque cree que tiene la seguridad que siempre voy a estar detrás de él- le dijo sobre el hombro ya alejándose. Estaba irritada con é
Priscila pasó la mano por la cabeza de Layan hasta la nuca, como una caricia tranquilizadora. Era extraño hacerlo físicamente. Prefería usar su mente y lo que su madre le había enseñado. Pero el contacto físico con ese lobo era agradable. Lo sintió removerse contra ella y poco a poco se fue alzando. Los ojos del alfa ya habían vuelto a su color azul natural.-¿Ya volviste?- ella sonrió suavemente acariciando su mejilla.-Hmm- el respondió con un sonido proveniente de su garganta.-Tu lobo es lindo pero es momento que estés en todos tus sentidos- le besó la mejilla. Layan estaba inusualmente tranquilo.-¿Qué me haces? ¿