—¿Te encuentras bien?— olvidé mi enfado, me preocupaba más que Ayax estuviese sano.
—Sí, tranquila.— tenía mil preguntas más, pero mi teléfono empezó a sonar, era Lúa.
LÚA: Por qué no has venido a clase?
YO: Lo siento ☹️ Ayax ha venido para buscarme.
LÚA: Que morro!!!
YO: Se encuentra mal.
LÚA: Pues se me ocurre una medicina alternativa.
YO: ¿Cuál?
LÚA: Tu saliva en su saliva.
YO: Que asco. Adiós?
LÚA: Ciao?
—¿Has hablado sobre mí con tus amigas?— fruncí el ceño guardando en móvil en el bolsillo.— Perdona, tengo la visión y el olfato muy desarrollados.
—Bueno... Saben quiénes sois, pero no les he contado la parte de los hombres lobo.— vi su cara cuando dije las últimas palabras, era entre vergüenza y asco.—¿Qué pasa?
—Suena fatal, como u