James avanzó, vio a Brad en la distancia, le pidió a alguien que abriera la puerta y dijo con una sonrisa sarcástica ―Susi, es tan tarde, ¿qué trae a esta hora a mi casa?
―Sr. King, estamos aquí para ver a Astrid.
―Oh, ¿quién es este? ― Él pareció no notar a Brad a su lado y preguntó con dudas.
Brad sonrió con desdén ― James, no tienes que hacer drama. Finges, puedo verlo en tus ojos ¿Quién soy yo, no enviaste a tu asistente Robert White, para averiguarlo?
―Lo siento, pero gritar en medio de la noche frente a mi casa tampoco te hace ver como el jefe de una importante compañía. Susi, ya veo hacia donde están tus lealtades.
James se burló de la apariencia de Brad, pero a este no le importó y dio unos pasos hacia delante.
James chasqueó los dedos, y varias personas inmediatamente vinieron de todas partes y bloquearon al hombre.
Susi estaba ansiosa y sacudió la cabeza apresuradamente ―Brad, estamos en desventaja, es mejor…
―Oh, ¿entonces así jugaremos? ― Brad miró al guardaespaldas con ca