- Quiero volver al trabajo.
Él rió. Fruncí el ceño, confundida por su actitud.
- ¿Te estás burlando de mí? Yo soy capaz.
Se rió un poco más antes de decir:
- Yo... Casi me muero pensando que dirías que estabas harto de nuestra vida familiar.
- No estoy harto de nuestra vida familiar. No creo que eso suceda nunca.
- ¿Recuerdas que una vez hablaste de enseñar en la universidad?
- Sí... - Sonreí, feliz de que lo recordara.
- Eso es lo que tienes que hacer, mi amor. Avanza con tus planes. No podemos detenerlos por los niños.
- ¿Crees que podemos con todo? Cuidando a Medy, Alice... Yo volviendo a la escuela, la casa... Mamá ya no estará aquí. Y estamos arruinados. Ni siquiera sé cuándo vamos a poder vender ese edificio.
- Encontraremos la manera, mi amor... - Envolvió sus brazos alrededor de mi cintura.
Puse mis manos alrededor de su nuca, arqueando su cabeza hacia atrás:
- Gracias. No pensé que me entenderías.
- Yo entiendo. Y puedes hacer lo que quieras, Sabrina. Porque eres una mujer in