Charles tomó mi mano y caminó hacia la puerta, abriéndola con la llave. Volvimos al ambiente de música alta y humo de cigarro, aguado con tragos y gente que hablaba al mismo tiempo, casi gritando. Fuimos al bar y llamó a uno de los camareros , diciéndole algo al oído. El joven sonrió y le entregó un llavero que contenía unas llaves, observándome con curiosidad y sonriendo.
- ¡Lo haremos! dijo, tirando de mí a través de la multitud.
Mientras lo seguía, sintiendo su mano firmemente en la mía, Charles estaba rodeado por algunas mujeres. Me acerqué a él, poniendo mi cabeza en su hombro, mientras envolvía mis brazos alrededor de su cintura, dejando claro que “yo” estaba con él.
- Tu desempeño fue excelente hoy. - Dijo uno de ellos, con voz lánguida.
Eran mujeres bonitas, bien vestidas, las tres en la treintena.
- Gracias. - Dijo suavemente, sin alejarse de mí.
- ¿Desde cuando Charles no canta bien? – habló otro – No sé cómo no te han descubierto todavía. Tan pronto como alguien importante