Tras un feo accidente, Danna perderá la memoria haciéndola olvidar absolutamente todo de su vida, hasta que pronto recordara lo que sus padres habían estado intentando ocultarle; su antiguo amor y probablemente el causante de su accidente. Pero Danna comenzará a recordarlo y necesitará encontrarlo para descubrir los oscuros y peligrosos secretos de su pasado y en el camino la pasión volverá a encenderse.
Leer másPROLOGO
Abrí los ojos cuando sentí que comenzaron a agárrame por los brazos y mis piernas, forcejee por instinto, había muchas personas aglomeradas a mi alrededor pero no lograba enfocarme en ninguna, me intentaban inmovilizar aguantándome a la cama, evitando que me levantara, ¿Qué estaba pasando?
-¡Tranquila Danna!, estas a salvo –escuché que alguien gritó pero entre todo el caos lo menos que me dio fue tranquilidad, ¿quien era Danna?, ¿Cómo podía estar a salvo si ellos no dejaban de forcejear conmigo?
Escuchaba un ligero sonido lejano como de una maquina cardiaca pero no pude ni siquiera preguntar porque uno de los sujetos me inyecto algo en el brazo dolorosamente ocasionando que mi cabeza diera vueltas, mi visión se tornó borrosa y caí en las sombras.
Abrí los ojos casi con timidez, enfrentándome a los posibles sujetos que estaban forcejeando conmigo antes, pero solo pude ver un cuadro de una virgen pegado a la pared frente a mí, escuché un gemido cerca de mí, con un poco de esfuerzo gire mis ojos hacia mi derecha encontrándome con una mujer, su rostro bastante hinchado y las lágrimas no dejaban de correr por su rostro, ¿te encuentras bien? Quería preguntarle, pero mi boca estaba demasiado seca, me dolía mucho la garganta, además de que no sabía si ella trabajaba con esos sujetos malos.
-Danna –susurró a duras penas, yo solo pude observarla, así me habían llamado aquellos sujetos, entonces comprendí que a lo mejor me habían secuestrado pensando que yo era esa tal “Danna”.
-Danna –escuché del lado izquierdo, cuando giré mi cabeza un poco me encontré con un muchacho, parecía que se desmayaría en cualquier momento, intentó tomar mi mano, pero yo me encogí sin saber qué pretendía hacer-, Danna soy yo… Tolmer.
Parecía realmente sorprendido y algo herido de que no lo reconociera, pero creo que hubiera recordado sin conociera a un hombre de grandes músculos casi sacado de una revista de Calvin Klein llamado Tolmer. Estos sujetos me confundían, habían secuestrado a la muchacha equivocada.
-Danna –la señora del lado derecho tomó mi mano y sentí como toda mi piel se erizó en rechazo, forcejee un poco y logre liberar mi mano, escuché ese extraño pitido como de un electrocardiograma intensificar su sonido-. Danna, bebé, soy Débora, tu mamá…
¿Mi mamá? Ella no era mi madre, reconocería a mi madre donde fuera, mi madre no se llamaba Débora, se llamaba… sentí un fuerte dolor de cabeza, no podía recordar el nombre de mi madre, maldición si no lograba acordarme de su nombre no podría defenderme y decir que habían secuestrado a la muchacha equivocada.
¡¿Alguien puede apagar ese horrible pitido?! Grité en mi mente, a la vez que mi pecho comenzaba a doler y el dolor de mi cabeza se hacía cada vez más fuerte.
Los sujetos entraron a la habitación, uno de ellos tenía una bata de laboratorio y los demás un simple uniforme azul extraño, maldición, ¿estaban experimentando conmigo?, me tomaron nuevamente de mis extremidades pero esta vez no forcejee porque me sentía demasiado pesada, solo cuando el sujeto de la bata blanca se acercó para colocarme una mascarilla en el rostro fue que leí las iniciales bordadas en su bata, decía: “Dr. Roques M”. Era un doctor, eso quería decir que estaba en un hospital, ¿Qué me había pasad…? Mi pensamiento se espumó al igual que mi conciencia.
EPÍLOGO.3 AÑO DESPUÉS.Había estado trabajando un tiempo siendo ayudante del doctor Jacob Brete, actualmente mi prometido desde hacía un año, y luego me volvieron a contratar como psiquiatra en el CECMO, era extraño haber sido psiquiatra, luego paciente y nuevamente psiquiatra en el mismo lugar, pero me alegraba estar bien otra vez.Me sentía relativamente normal, porque nadie era perfecto, mucho menos yo.Salí del baño limpiando mi boca con un pañuelo, había vomitado todo mi almuerzo, todavía me acostumbraba a esto, pero todavía no se notaba mi barriga, siempre creí que era estéril, es decir, jamás me protegí cuando estaba con Zecus y jamás salí embarazada, sin embargo ahora tenía varia semanas de embarazo, no le había dicho nada a Jacob, después de t
3 MESES DESPUES.Tolmer fue atendido en urgencias y luego de que le dieron de alta, le dieron una condena de un año en prisión por estar involucrado, casi nada para todo lo que había hecho, pero no había pruebas de nada.Mi padre tuvo una condena de cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional por los cargo de homicidio, secuestro y extorción, el resto de los hombres obtuvieron cargo menores por drogas y por estar involucrados.El local fue cerrado, mi madre estaba libre porque no había pruebas que la involucraran, ella quedó a cargo del resto de las cadenas de restaurantes de mi padre y sus socios, pero decidió venderlos y con eso montar su propio Spa, nuestra relación se podría decir que volvió a ser como antes del accidente, no nos soportábamos y solo podíamos vernos en navidad, sin embargo no habían tan
James Wester no era mi padre biológico, por eso me hizo todo lo que me hizo, pero Denis... él no debió saberlo, era el secreto de mi madre, el mejor secreto guardado de la historia, eso quería decir que Abril fue mi hermana... Todo era caótico. Me lanzaron a la cama, y caí boca abajo, sin embargo me levanté rápidamente para dar la pelea y huir, pero uno de los hombres sacó un arma, me congelé en mi sitio cuando me apuntó. —Ni se te ocurra —dijo el calvo—, solo tengo que decir que no tuve opción y te disparé, después de todo, ya te diste cuenta que para el señor James no vales nada. —Debo valer mucho si me encierra en vez de matarme —refuté—, te dieron ordenes explicitas, si me matas, también tu cabeza rodará. El otro hombre; un asiático, tomó del armario un bolso y sacó varias inyecciones que me imaginaban estaban llenas de droga. —Te encerró para poder sacarte dinero y después matarte —refutó el calvo—. Como hacen con todas las
No sabía el nombre.Pero lo reconocía, el recuerdo de las reuniones anteriores donde él estaba vinieron a mi mente, él trabajaba con mi padre. Tomé a Zecus del brazo y lo jalé conmigo empujando a las personas para poder salir del local, iba directo al auto hasta que Zecus se detuvo y se volteó para mirarme.—¿Qué es lo que pasa? ¿Recordaste algo? —expuso— ¿Por qué saliste así?Ahora que miraba a mi alrededor casi no había gente.—Ese sujeto trabajaba con mi papá —dije—, creo que me reconoció.El barman que nos atendió salió del local y cruzó la calle hasta llegar hacia nosotros.—Señor, disculpe la molestia, no han pagado la cuenta y me despedirán si no cumplo mi trabajo —murmuró jugando con sus manos, Zecus asintió con la cabeza y me m
Salí de mi habitación, Zecus no tardaría en llegar, escuché las voces de mis padres desde la sala, me asomé por el pasamanos de la escalera y escuché con más atención su conversación, al parecer murmuraban cosas de economía o algo así mientras cenaban, me senté contra la pared a esperar a que terminaran de comer, después de todo ellos no dejarían que me fuera a esta hora.Luego de un rato, escuché los tacones de mi madre martillar el piso, mi padre hablaba de algo en tono muy bajo, ni siquiera pude entender, la puerta principal sonó y supe que ya se había ido.Bajé las escaleras y miré por la ventana, el auto comenzaba a alejarse, debía salir rápido con Zecus si quería lograr seguirlos.—Señorita Danna, ¿a donde cree que va? —dijo July, su voz me detuvo frente a la pu
Ahora todo encajaba en mi mente con claridad.Los pasaportes, el negocio ilegal, los secretos...Secuestraban mujeres y las obligaban a prostituirse, como hicieron conmigo.Di un paso atrás sintiendo un terrible vacío en el estómago, me mantenían siempre drogada, ahora entendía el temor y el asco que me causaba Tolmer cada vez que me tocaba, él fue uno de los que abusaba de mí casi todos los días que estuve en este lugar.De repente sentí asco de mí, asco de saber que no solo había estado con Zecus; mi primer y el que creí único hombre, sino con cualquiera que pagó por estar dentro de mí.Hubiera preferido no recordarlo, la verdad era cruel y dolorosa.—Si era un prostíbulo entonces debieron haberse mudado —dijo Zecus cuando nos montamos al auto luego de un prolongado silencio—, tal vez sabían que en
Último capítulo