287. Si sigues con esto...
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Dimitri estaba enojado luego de que el abogado de Julieta se fuera.
El sonido de la puerta cerrándose aún resonaba en la habitación, pero el silencio que quedó atrás era ensordecedor. Fernando caminaba de un lado a otro como un animal enjaulado, con las manos en el cabello y la respiración entrecortada.
—¿De dónde sacaré el dinero?! —gritó, golpeando con el puño la mesa más cercana.
Dimitri, sentado en un sillón con expresión impasible, se limitó a mirarlo con hastío.
—No sé —respondió, con voz cargada de fastidio.
Fernando se giró hacia él con furia.
—¡Tú debes ayudarme! —bramó—. No pagué porque pensé que matarías a esos bastardos y míralos, ¡siguen vivos y bien!
Cada palabra que salía de su boca era un alarido de desesperación. Pero no notó el destello asesino que cruzó la mirada de Dimitri hasta que fue demasiado tarde.
—¡Cállate! —rugió Dimitri.
Antes de que Fernando pudiera reaccionar, vio un destello plateado. Luego sintió un ardor abrasador en su muslo.
—¡Arghh! —