Ariel había estado pensando sobre si continuar con el contrato o no durante toda la noche, no estaba segura porque quería mantenerse lo más lejos posible de Levy, no se sentía comoda con tener que verlo, pero él parecía estar arrepentido y haber cambiado mucho, ya no actuaba como el Rey arrogante y cruel que era antes, además buscar otra tienda de fabricación de muebles con diseños propios sería más problemático y requeriría tiempo el cual no tenían, porque los planes era que se empezara con la fabricación de los muebles que querían en tres días, ya que tenían un tiempo limite para entregarlos y por otra parte tendría que pagar una cuantiosa suma por el rompimiento del contrato si decidía no trabajar con Levy, esto no era bueno para ella cuando estaba empezando en la empresa y debía obtener buenos resultados.

Se sentía frustrada pensando en todo esto, cuando alguien tocó la puerta de su oficina.

— Adelante.

— Señorita Ariel, me acaban de llamar del hospital y me informaron que el Se